Como una enriquecedora e inolvidable experiencia comentan los voluntarios que cansados llegan de esta hermosa cruzada que se llevo a cabo entre los días… . en la precordillera de Linares y Longaví en la Séptima región.
Con días inhóspitos con lluvia, frío, nieve, hielo, sol, trabajaron los jóvenes simpatizantes de nuestra Juventud de Viña del Mar, uniéndose a más de 140 jóvenes más pertenecientes de diversas ciudades del país.
Laura Acosta quien participó por primera vez en estos trabajos comenta “Es una experiencia enriquecedora, incomparable a los demás voluntariados en que he participado, el poder ayudar y compartir por tantos días con la comunidad, se crean lazos con los lugareños los que con el paso del tiempo hasta nos llevaban cositas ricas como muestra de agradecimiento. El ver como después los niños disfrutan con los juegos que construimos hace nacer sonrisas entre los comuneros y sentirnos orgullosos de nuestros logros.
Sin duda es una experiencia que marca nuestras vidas, no solo por lo ya mencionado sino también por la familia que se forma entre los jóvenes, tanto los comuneros con sus jefes. En una semana através de la mística que se crea, se dan instancias para conocerse mejor y ser sinceros ante lo que relatamos de nuestras vidas. Las inclemencias del tiempo no nos derrotan y nos dan aun mas ganas de trabajar. Sinceramente para el que quiera conocer más de nuestra experiencia que nos pregunte a cualquier comunero, ya que felices les contaremos, cada uno con diversas vivencias y sobre todo nuevas amistades”.
Para los futuros voluntarios de estos trabajos les comentamos que no se pasa hambre! Jeje se come Jurel todos los días! En la noche sin luz, todos durmiendo en una sola sala de clases, duchándose con agua helada los 8 días, estando lo mas desconectados del mundo, y obvio que no solo se va trabajar sino que también a compartir, crear lazos de amistad y ayudar a la comunidad…
Esperamos que en los próximos trabajos más de nosotros seamos los que vivamos esta experiencia.